Misoprostol y mifepristona son los dos medicamentos combinados en el Método IVE. La progesterona, una hormona necesaria para mantener el embarazo, es lo que bloquea la mifepristona para que funcione. Sin esta hormona, el revestimiento del útero se degrada y el embrión no puede sobrevivir.
Se toma una segunda dosis de misoprostol después de tomar la mifepristona, que induce las contracciones uterinas y provoca la expulsión del tejido del embarazo. Se recomienda tomar analgésicos y estar acompañado por un profesional de la salud porque este procedimiento puede ser doloroso y llevar varias horas.
En comparación con otras técnicas de aborto, el Método IVE tiene una serie de beneficios. El riesgo de complicaciones se reduce en primer lugar porque es menos invasivo y no implica cirugía ni anestesia. Además, dado que el procedimiento se puede realizar en el hogar, está más disponible para las mujeres que no pueden viajar lejos para recibir atención médica.
El Método IVE también tiene la ventaja de tener más éxito durante las primeras doce semanas de embarazo, cuando otros métodos tienen menos éxito. Esto implica que las mujeres pueden decidir tempranamente si llevar a cabo su embarazo y prevenir procedimientos invasivos más adelante.